Eva Broner
Mi inspiración surge de la sospecha y de la aspiración de que otro mundo es posible, de que hay otras realidades que no se ven, de que hay algo más que nadie nos cuenta. Por eso me dedico a la tarea voluntaria de la construcción de espacios para el diálogo, el aprendizaje, el afecto y la amistad. Y a través de estas experiencias junto con otros, transformar el sentido de la vida, para uno mismo, para otras personas y ojalá para la humanidad toda.
Por profesión: arquitecta, por actitud: rebelde ante lo establecido; por vocación: buscadora del sentido, del para qué estamos aquí. Con la sospecha y la aspiración de que otro mundo es posible, de que hay otras realidades que no se ven, de que hay algo más que nadie nos cuenta. Buscando a través de la psicología social, de la mística y fundamentalmente en la psicología del nuevo humanismo, que es donde descubrí un nuevo modo de pensar, sentir, y actuar. Donde descubrí que las respuestas no están afuera, sino en el propio corazón. Donde encontré una propuesta de transformación personal y social como revolución simultánea. Donde descubrí que dando es como se recibe. Y me nació la necesidad de ser Voluntaria.
Por eso me formé y capacité en talleres de transformación personal para la transformación social, con la creativa y profunda metodología desarrollada por Silo. Por eso adhiero a practicar y difundir la no violencia activa y participé de la organización de la Marcha Mundial por la Paz y la No violencia en 2010. Es por eso también que participo de espacios de reflexión de las temáticas de violencia de género, y de la superación de la violencia propia del sistema social patriarcal, vertical y diferenciador, y participo y coordino espacios de reflexión y meditación. El eje de estas experiencias es el descubrimiento, junto con otros, del sentido de la vida, para uno mismo, para otras personas y ojalá para la humanidad toda. Por eso construyo estos espacios para el encuentro, el aprendizaje, el afecto y la amistad esencial.