Dirección de Imágenes
Procedamos como en la lección anterior. Luego de un buen relax, dejemos correr libremente las imágenes. Observemos aquellas que nos provocan particular tensión muscular. Cuando aparezca claramente alguna de esas imágenes, detengámosla, visualicémosla bien, y descubramos en qué puntos del cuerpo se ha producido tensión muscular. Luego, sin olvidarnos de esa imagen, reteniéndola en la mente, relajemos los músculos. Relajémoslos completamente, hasta que podamos visualizar nuevamente esas imágenes pero ya sin experimentar ningún tipo de tensión.
Probemos una, dos, tres veces. Dejemos correr las imágenes. Observemos aquellas que nos provocan especial tensión. Detengamos esas imágenes que originan tensión y comencemos a relajar los músculos profundamente, hasta que esas mismas imágenes dejen de colocarnos en situación tensa.
Es importante que adiestrarnos en este ejercicio varias veces. En lo posible apliquémoslo en la vida diaria, o antes de ir a dormir cada noche.
En esta lección hemos aprendido a dirigir nuestras imágenes.